1 de septiembre de 2009

Brotes Verdes


Que “nunca llueve a gusto de todos” es algo que, lejos de ser un apunte más del refranero popular, aceptamos como parte inherente a la propia vida.

Mientras, en Los Ángeles (EEUU) un incendio ha arrasado, hasta el momento, unas 46.000 hectáreas de matorral y amenaza con destruir 12.000 edificaciones , México se prepara para recibir al huracán Jimena y en Sichuan (China) más de 118.000 residentes han sido evacuados y 5.900 viviendas se han derrumbado tras las inundaciones y los desprendimientos de tierras provocados por las fuertes lluvias torrenciales de los últimos días.

¿Fenómenos naturales? No todos.

En la selva amazónica, el pulmón de la Tierra, la mano del hombre se está esforzando, a pasos agigantados, para destruir lo que la Naturaleza construyó durante miles de años. Para ello no dudan en “burlar” los sistemas de vigilancia por satélite que intentan controlar qué zonas están siendo expoliadas.

Pero la deforestación es un mal que se reparte por toda la superficie del mundo, dejando un futuro incierto tras su estela de destrucción. Según la organización
Greenpeace “el planeta pierde anualmente más de 14 millones de hectáreas de bosques. Más de 5 millones de km2 de bosques tropicales han sido talados entre 1960 y 1995, una superficie equivalente a diez veces España”.




Y entre tanta vorágine destructiva aparecen proyectos, casi individuales, que nos pueden parecer utópicos o no, pero en los que algunas personas han sembrado “sus semillas” para el cambio; no un cambio climático hacia lo negativo, sino hacia la Naturaleza.

En Alzira (Valencia), vive Juan Antón, un valenciano que ha creado su propio
“bosque de alimentos” en lo que en su día fue un huerto de naranjos, pero no satisfecho con su propio bosque ha financiado la creación de otro, en el Congo, con el dinero que ha ahorrado dejando de fumar.







Las bases de esta vuelta de tuerca se encuentran en la llamada Permacultura, cuya definición es “término genérico para la aplicación de éticas y principios de diseño universales en planeación, desarrollo, mantenimiento, organización y la preservación de hábitat apto de sostener la vida en el futuro”.

A mediados de los años 70, dos australianos,
Bill Mollison y David Holmgren, comenzaron a desarrollar los planteamientos para crear y utilizar sistemas agrícolas estables como forma de contrarrestar los perjuicios que el uso de los métodos agroindustriales, implantados tras la Segunda Guerra mundial, estaban ocasionando: drástica reducción de la biodiversidad, destrucción de toneladas de suelo de paisajes fértiles, envenenamiento de la tierra y el agua, etc.

Mientras, en otra parte del mundo, en
Isla de Shikoku en Japón meridional, Masanobu Fukuoka, agricultor y microbiólogo, dedicó gran parte de su larga vida, a la “agricultura natural”. Su principal interés fue encontrar un método para que, sin agotar los recursos de la Tierra, se pudieran producir alimentos de calidad en abundancia. Los principios su fórmula se basan en la filosofía del no-hacer (Wu-Wei), o intervenir lo mínimo posible en los procesos naturales para lograr que la fuerza propia de la Naturaleza potencie los resultados en condiciones óptimas de salud y vitalidad.




En su libro “La revolución de una brizna de paja” se concentra la síntesis de método Fukuoka . Se puede descargar aquí

Para leer una entrevista hecha a Masanobu Fukuoka seguir este
enlace

Es posible que “nunca llueva al gusto de todos”, pero es que la lluvia es parte de la Naturaleza que ya estaba aquí antes que nosotros y eso si es inherente a la VIDA.
Seamos brotes verdes para ella y no un rosario de espinas.

5 comentarios:

GLORIA dijo...

Bueno hermana, ahora solo nos falta el terrenito, no? TE imaginas?
Yo lo visualizo todas las noches, pero no basta....:0(
Besos

María Hernández dijo...

Hermana, eso mismo hago yo, "visualizar" el terrenito y la casita. Aún siguen ofertando la finca esa de las dos casas y dos tanques de agua con no se cuántos metros de invernadero en la zona de Valle Guerra... ¿será que nos están esperando?. Ni es tu casita ideal, ni la mía, esas que hemos visto por internet, pero oye, a lo mejor es que estamos predestinadas a ser "condominias" y por éso lo de visualizar no se nos da como quisiéramos, jajaja.

Ojalá, hermanita, ojalá. Tú con la mano que tienes para las mermeladas, las conservas y el pan y yo con lo que me gusta una huerta y un tomatero, mis manualidades de reciclado y artesanal... quien sabe, nos podemos hacer hippies a la vejez, jejeje.
Tú sigue soñando que yo también lo hago y mientras voy aprendiendo de quien sabe más por si nos suena la flauta (yo aún recuerdo tocar algunas notas, jajaja).

Besos.

Josep Julián dijo...

Me he quedado flipado con lo del bosque de alimentos y me he detenido a ver los vídeos. Todo iba bien hasta que en segundo llega el momento en que este señor mete un ajo en la leche y luego lo de sorber agua por la nariz me parece inenarrable. No digo que no sea buena idea lo del bosque de alimentos, pero me detengo ahí.
Un abrazo.

María Hernández dijo...

Jajaja, Josep Julián, pues a mi éso no me parece ni raro.
Lo del ajo lo conocí allá por los años de MariCastaña cuando estudiaba en el insti. Una profesora de la asignatura "Hogar" (que no era para cocinar, sino para aprender a comprar una vivienda, conocer tus derechos, saber cuántos enchufes son necesarios en la cocina o cómo reducir el consumo de agua) nos explicó que un remedio infalible para los catarros y gripe era machacar uno o dos ajos, mezclarlos dentro de un buen café con leche, tomarlo (casi no se nota, si la cantidad de café es suficiente) y "sudar" en la cama.
Alguna vez lo he probado, no creas.

Y en cuanto a lo de agua de mar, como se nota que ya tu hija es una mujer. Hoy en día es lo que te "recetan" para aliviarle los moquitos a los niños...eso sí, en lugar de traerla directamente del mar, te hacen comprarla en la farmacia. Ésto si que lo practicamos en casa cuando existe congestión nasal, aunque en lugar de agua de mar o suero fisiológico comercial preparo un vaso de agua tibia con una cucharadita de sal y a aspirar por la nariz. No es muy agradable, pero EFICAZ si, dejas de moquear a los pocos minutos y la sensación de congestión te abandona durante unas horas.

De todas formas, Josep, te recomiendo que veas el tercer vídeo (juradito por Snoopy que no hay más aspiraciones por la nariz, jajaja). Y si te parece interesante, no dejes de descargar el libro (apenas son 6o y pico páginas, en pdf), donde se explica mucho mejor lo que es la "agricultura natural".

En todo caso, gracias por venir, por leerme y comentar... así da gusto seguir intentando mantener el blog.

Un abrazo.

Pedro Bonache dijo...

Heyyyy Mariaaaaa, que fuerte y brillante has vuelto. Hablas del medio ambiente, de intentar vivir sin agredir a nuestro planeta, de cambiar conceptos exintenciales..., Maria,sabes, sobre todo por tus abuelos y padres que en vuestra isla vivieron durante muchos años con loque extraian de ella, sin forzarla, mimandola para recibir sus frutos..., ¿no recuerdas el post de los incendios forestales...?, exponias como vivir con la naturaleza, de ella y en ella sin degradarla ni prostituirla, sin llevarla a la extenuación. Yo creo que antes que cambiar las formas en la agricultura y los sistemas de extracción de recursos naturales..., se deberian cambiar las mentalidades, deberiamos vovler, quien quiera, desde luego, a la humildad de la persona que consumia los frutos del tiempo, por ejemplo.
Ah y lo de los ajos con leche lo utilicé el invierno pasado con uno de esos extraños trancazos que coje cada dos o tres años..., y funciona, junto a la equinacea.
Besos Maria.

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