2 de diciembre de 2010

¿Sólo luz?

A estas alturas del partido, ¿quién no ha comprado o pensado reemplazar las bombillas de siempre por las de bajo consumo?.

Seguro que las campañas institucionales han conseguido que, al menos, hayamos hecho un cálculo aproximado de cuánto nos costaría cambiar la iluminación de casa. No en vano, nos aseguran que nuestra factura eléctrica podría reducirse entre  25 y 50 euros al año, dependiendo del tamaño de la familia y el número de bombillas utilizadas. La salud de nuestro bolsillo junto a la idea de “contaminar” menos es un buen argumento para ir renovando nuestro pequeño arsenal lumínico.

Desde el 1 de septiembre de 2009, la producción de bombillas para consumo doméstico está regulado por la Comisión Europea, que exige unos requisitos mínimos de rendimiento energético; es decir, dar lo mismo, pero contaminando menos.

Tan importante es el asunto que la propia Comisión Europea pone a nuestra disposición una página web donde nos informan de todo lo relacionado con las bombillas de bajo consumo. (Pincha aquí)

En este cuadro aparece el calendario previsto para la eliminación progresiva de las bombillas de filamento

Comisión Europea: Bombillas de bajo consumo

En estos momentos, como se puede observar en la imagen,  ya no se deberían poder comprar bombillas de filamento de 100 y 75 vatios, según esta normativa.

De  nuestras bombillas de “toda la vida” en lo único que debíamos reparar era en la cantidad de vatios que necesitábamos, si blanca o mate, pequeña o grande, casquillo fino o grueso. Ibas a la tienda y pedías: “Una bombilla de 40, mate, pequeña y rosca gorda” y se acababa el asunto.
Ahora no, ahora hay que estar atentos a las especificaciones del envase o envoltorio, porque aunque parezca mentira, nos proporcionará mucha información. Pero ¿qué elementos deberíamos mirar? Reconozco que, hasta ahora, solo me había fijado en el tipo de rosca y en la equivalencia de lúmenes/vatios, pero hay más.

     
     1)      Eficiencia energética: A, B, C, ...etc. Cada letra se acompaña de un color, desde el verde hasta el rojo. Cuanto más “verde”, mejor.

     2)      Lúmenes: el equivalente a vatios. 100 vatios equivaldrían a 1300-1400 lúmenes, 75 vatios a 920-970 lúmenes, 60 vatios a 700-750 lúmenes, 40 vatios a 410-430 lúmenes y 25 vatios a 220-230 lúmenes.


3)      Temperatura de color: blanca o cálida. Se recomienda la luz blanca para entornos de trabajo y la cálida para crear ambientes acogedores.


      4)      Número de encendidos:  Este dato es especialmente importante, porque hay que evitar colocar este tipo de bombillas en zonas donde se encienda y apague más de tres veces al día (cuartos de baño, pasillos, etc.) porque podrían durar menos que lo que nos “promete” el fabricante.


5)      Tiempo de encendido: Dependiendo de la calidad de la bombilla, el proceso de encendido puede variar en algunos segundos, como también el tiempo que tardará en proporcionar el 100% de su capacidad lumínica.



      6)      Temperatura de funcionamiento: En lugares muy fríos, ciertas bombillas de bajo consumo no funcionarán a pleno rendimiento. Para ello existen otro tipo de bombillas mejoradas.

  

7)      Tamaño de la bombilla: Es un dato a tener en cuenta, sobre todo, hasta que nos acostumbremos a cuadrar el tamaño de nuestras lámparas con el de las bombillas de bajo consumo que, por lo general, suelen ser bastante más grandes que las que veníamos usando.


      8)      Eliminación de bombillas usadas:  Tal vez, este sea el símbolo más importante del envoltorio y al que poco o nada hemos puesto atención. Las bombillas de bajo consumo NO pueden tirarse a la basura. Este símbolo nos obliga a deshacernos de ellas en los contenedores especiales disponibles en los “puntos limpios” de nuestras ciudades o bien, en cualquier tienda donde compremos otra para su sustitución. Esta última opción no me queda muy clara, porque dudo mucho que comprando una de estas bombillas en un “Todo a un euro” (o casi) te recojan las bombillas fundidas o agotadas.

Hoy he hecho una pequeña encuesta en mi entorno y el resultado ha sido apabullante: todos los encuestados intuían que no estaba bien tirarlas a la basura, como se hacía con las de filamento, pero ¿Dónde lo hago? ¿En los contenedores de vidrio? ¿Por qué tiene que ser en un contenedor especial? ¿En serio? ¿Tienen mercurio?.

Pues sí, las bombillas de bajo consumo que nos permiten ahorrar no sólo dinero, a largo plazo, sino disminuir las emisiones de CO2 que se emiten al generar energía eléctrica, contienen MERCURIO.

El contenido medio de mercurio en una bombilla de este tipo es de 5 miligramos. El ejemplo que se usa en cualquier medio en el que quieras recabar información es: un termómetro tiene 500 miligramos, frente a los 5 miligramos de una bombilla.
Claro, por eso se han retirado del mercado. Desde el mes de abril de 2009 está prohibida la fabricación y comercialización de los termómetros de mercurio en todos los países de la Unión Europea.

Si importante es saber qué hacer para deshacernos de una bombilla usada, mucho más lo es saber qué hacer si, accidentalmente, se nos rompe.

Las recomendaciones son las siguientes:

-         Airear la habitación durante, al menos, 15 minutos.
-         Usar guantes y evitar el contacto directo con los fragmentos de la bombilla rota.
-         No use la aspiradora.
-         Meter los fragmentos en una bolsa plástica.
-         Limpiar la zona con un paño húmedo y luego introducirlo en la bolsa con el resto de fragmentos y sellarla.
-         No tirarla a la basura convencional. Depositarla en un contenedor especial para residuos electrónicos, a disposición en “los puntos limpios” de las ciudades.


Yo añadiría una más, que no se muestra en ningún lado, pero es de “sentido común”: el paño a utilizar para limpiar la zona que solo esté humedecido con agua. El mercurio reacciona con elementos como el cloro y el amoniaco, presente en muchos productos de limpieza (lejías, amoniacales, etc.).


El mercurio, en pequeñas dosis, puede afectar al sistema nervioso humano y, en grandes dosis, puede tener efectos fatales para el organismo. Este metal no se degrada, se dispersa con facilidad por el ambiente, se acumula en los seres vivos y se transmite por la cadena alimentaria.

Precisamente por su toxicidad, en la Unión Europea se ha puesto en marcha una estrategia destinada, principalmente, a reducir las cantidades de mercurio en la UE y en el mundo, su circulación y la exposición de las poblaciones a dicha sustancia. (Pincha aquí).

Y estando así las cosas ¿no podrían haber favorecido la implantación de la iluminación tipo LED, de contenido nulo en mercurio, en lugar de este paso intermedio de bajo consumo pero “potencialmente” contaminante?. Que me lo expliquen, porque reducimos CO2, reducimos energía, la factura sigue igual,  pero tenemos en nuestros hogares 10 bombillas de bajo consumo, a 5 miligramos de mercurio cada una, 50 miligramos de mercurio en cada casa. ¿Cuántos kilos de mercurio en total?.

“Potencialmente” hablando, seguro que habrá a algunos que “potencialmente” les venga bien, porque ya sabemos que por “potencias” hay algunas que tienen más que perder que otras y no están por la labor, por mucha estrategia que pongan en marcha. Hay algunas cosas "verdes" que son "verde limón".

Y como no podemos huir del uso de estas bombillas, al menos pon cuidado en caso de rotura accidental y en su eliminación cuando dejen de estar operativas.

Si no conocías esta información, coméntala en tu entorno y explícales cómo hacer las cosas bien.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Me gusta mucho que hayas escrito este artículo. Mucha gente no sabe que las bombilla de bajo consumo son un peligro para la salud en caso de rotura. Lo que me llama poderosamente la atención es que en la caja o en la propia bombilla no ponga algún mensaje del tipo "¡¡¡peligro!!! contiene sustancias tóxicas", una calavera o algo por el estilo. Si les parece demasiado exagerado piensen en los mensajes que ponen en las cajetillas de tabaco, cosas como "el tabaco puede puede matar", con la diferencia de que el mercurio es 100 veces más tóxico que la nicotina o cualquier derivado del petróleo que pongan en los cigarrilos.
Me da la sensación que no interesa airear mucho su peligrosidad para los humanos y el medio ambiente. ¿Cuántas probabilidades hay de que en una casa con niños se rompa una bombilla? ¿A que ya no miran las lámparas de mesa con la misma despreocupación de antes?. De este tipo de cosas nadie nos advierte, sin embargo, si compramos un insecticidad de uso doméstico o un bote de lejía, los peligros y recomendaciones en caso de accidente quedan perfectamente explicados.
¿Alguien lo entiende?

Luis

Katy dijo...

Virgen santa hay que hacer un curillo cada vez que se nos rompe o se estropea una de estas maravillas. Veo que estás puesta y que entiendes del asunto. Algunos nos concienciaremos y el resto hará lo de siempre, no hacer ni caso. Esto se tenia que explicar al personal desde las compañias eléctricas.
Gracia María por la información y por tu trabajo minicioso, ordenado e inteligible.
Un beso

María Hernández dijo...

Hola Luis:

Ya sabes que en su día te comenté con sopresa la noticia que había leído sobre el anuncio, por parte de las autoridades británicas, de cómo actuar en caso de rotura de una de éstas bombillas. Fue la primera que vez que supe que contenían mercurio.
Me parece muy acertado lo que comentas sobre los niños y las bombillas. Tal y como apuntas ¿qué lamparita de sobremesa ha sobrevivido sin volcar durante la infancia de nuestros niños?. De ahora en adelante deberemos tener mucho más cuidado o intentar, en la medida de lo posible, que todas estas lámparas usen otro tipo de bombillas, hasta que la normativa nos lo permita, o bien mantenerlas bien alejadas de sus manecitas, pelotas u otros juegos.
No estoy en contra de reducir el "coste energético" y la contaminación, pero tampoco me gustaría exponer la salud de los míos, ni la mía propia, si puedo evitarlo.
En cuanto lo de "no airear" el contenido, no sólo estoy de acuerdo sino que te invito a que visites esta página:

http://www.idae.es/INDEX.PHP/mod.pags/mem.detalle/id.404/relcategoria.2604

Es la del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio donde se explica la campaña "Ahorra energía". En ella podrás leer cosas como "un gran gesto hacia todos" o "son más ecológicas", pero en ningún momento advierten de cómo actuar en caso de rotura. Eso sí, pone literalmente:

"Cuando termina su vida útil, deben ser recicladas. Entrégalas en su tienda habitual o deposítalas en un punto limpio." Sin más explicación.

En fin, lo dicho, "ojito" con lo que hacemos con ellas.

Un beso.

María Hernández dijo...

Hola Katy:

Pues si, casi un cursillo tendrían que habernos dado para su uso, pero ya se sabe, "ojos que no ven, corazón que no siente" o dicho en plata: cuanto más ignorantes, más manejables.
Muy al contrario de explicar nada, esta campaña "Ahorra energía" ha aprovechado el sobre de la factura eléctrica para hacernos llegar un "vale por una bombilla" a canjear en la oficina de Correos, que por cierto, aún tengo en casa y voy a ir a pedirla solo por ver si en el "envoltorio" pone algo referente al mercurio que contiene. Y creo que debería, porque existe otra normativa comunitaria que exige que aparezcan "Frases R", que no es otra cosa que un conjunto numerado de frases y combinaciones para describir los riesgos atribuidos a una sustancia o preparado peligroso y "Frases S" usadas para indicar los consejos de utilización y prudencia básicos para trabajar con sustancias o preparados peligrosos.
Gracias Katy, como siempre tan puntual en tus comentarios.
Besos.

Anónimo dijo...

Hola

Me llamo Felicia , soy administradora de un directorio y tengo que decir que me ha gustado tu página, me encanta el contenido que publicas, esto si que es información útil! :D .
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Felicia

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Josep Julián dijo...

Hola María:
Tenía la idea romántica de que los productos ecológicos tipo estos que mencionas deberían serlo en todos sus componentes y ya veo que no, que son igualmente contaminantes, aunque de otra forma.
Si lo entiendo bien, se trata de sustituir lo polucionante en CO2 de las bombillas de filamento por lo igualmente polucionante del mercurio de esas bombillas mágicas y digámoslo de una vez, feas de narices.
Bueno, no está mal. Cambiamos un producto que contamina siempre por otro que contamina menos hasta que se rompe, que entonces contamina más que el que sustituyó.
Al final, tendremos que hacernos cargo de que lo que contamina de verdad es la presencia del hombre en la Tierra. Muerto el perro, se acabó la rabia jeje.
Un abrazo.

Katy dijo...

Hola María,a pesar de tener el ordenador roto estoy dejando mi felicitación navideña desde el pordenador de una amiga a ratitos.
Te deseo unas Felices Fiestas y que el 2011 traiga paz y prosperidad para todos.
Un beso
Nos leemos después de las fiestas:)

Josep Julián dijo...

Hola María:
Sólo desearte unas felices fiestas y que el año que viene sea para todos siquiera un poco mejor que este.
Muchos besos.

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