Desde hace algunos meses conozco los problemas de salud que Germán está padeciendo. Este joven es hijo de otro Germán, uno de los comentaristas que este blog me permitió conocer.
En las últimas semanas la situación se ha complicado mucho, las cosas no andan como serían deseables y las contrariedades se van sumando.
Siempre estamos hablando de las grandes posibilidades que nos ofrece la red, el ser o estar en 2.0, en mantenerse en conectividad total, en mostrarnos para que todo el que quiera llegar, lo haga. Germán “padre” no se lo ha pensado mucho y ha usado esta posibilidad para hacernos llegar, a todos sus contactos “virtuales”, su petición.
Es católico, creyente y practicante y mantiene su fe en el poder de la oración conjunta, pero también vive en este planeta y sabe que “hay de todo en botica” y unos estarán por la labor de entonar un Padrenuestro o un Ave María, otros se decantarán por un mantra ,o, simplemente, pensarán en Germán. Lo sabe y por ello se ha dirigido a todos nosotros así, con la humildad que solo un ser que está sufriendo puede mostrar, con el amor que unos padres sienten por sus hijos y, también, con la “desesperación” propia de quien sabe que el asunto “no está en sus manos”, y tan sólo para pedirnos que le dediquemos un poquito a su hijo, unos minutos, una oración, una plegaria, un “lo que sea” pero a su salud.
Desde hace varios meses le envío mis “tintines”. Él y Almudena, su esposa, saben que es mi forma de rezar por Germán, de enviarle mis mejores pensamientos, de creer que puedo proyectar un poco de mi energía, de la mejor y positiva, para que su corazón le diga a su sangre, que le diga a sus órganos, que le diga a su alma: “claro que puedes”.
Fernando, de Soul Business, también ha publicado hoy “I say a little prayer for you”, dedicado a Germán y sus comentaristas, como Katy o Javier, entre otros, le han dedicado unas palabras.
Desde aquí, le pido a todo aquel que lea este post que “piense” en Germán. Si es hombre o mujer de fe, que rece; si no lo es, que entone una canción alegre, que envíe sus mejores deseos de recuperación, que proyecte su fuerza y esperanza, que le dedique una poesía, que le regale un paisaje bonito. En definitiva, que haga lo que esté en su corazón para enviarle un poco de energía. No cuesta nada y entre todos podemos ser muchos “pensando” lo mismo: “Yes, you can”.
Para y por Germán.