Tenía preparado un post sobre la nueva reforma de las pensiones y el mercado laboral actual y de cómo, a mi entender, nos afectarían ambas cosas, tanto a medio como largo plazo.
Cuando apenas me quedaba buscar las imágenes para ilustrarlo, llegó la noticia: ¡DESPEDIDA!.
Tampoco me lo dijeron así de tajante, porque las circunstancias lo requerían, aunque, al final, dos semanas después, el resultado es el mismo: estoy en paro.
Desde hoy, día 15 de Febrero, he pasado a formar parte de esos “CUATRO MILLONES Y PICO” de personas que engrosamos la lista “negra” de este país. Ya tengo mi tarjeta de demandante de empleo y he solicitado mi prestación por desempleo.
Atrás se quedan los más de diez años de “documentalista” en una misma empresa, las muchas horas vividas en aquel zulo particular, llamado “archivo”, alias "rinconcito zen", etc.
Pero no todo es restar: me llevo el afecto de muchas personas que quedan o, muchísimas, que pasaron por allí en todos estos años, también los buenos momentos, las risas, las “tupper-hours” y sus debates, la música a toda pastilla con la que J. nos recibía en la mañana o con la que nos atormentaba el resto del día, incluso el sabor del café de la máquina.
Lo único que me llevo no pertenecía a la empresa, sino a su gente, a mis compañeros y, algunos, amigos. De todos, aprendí algo y de algunos, mucho. De algunos, conocí casi todo y de otros, casi nada. Pero fueron eso, “compañeros”, con los que conviví a diario, de lunes a viernes, durante más de diez años y en circunstancias diversas.
A todos ellos les deseo, multiplicada, la misma suerte que me desean.
Cuando escribí mi anterior post “No me llames iluso”, explicaba que el vídeo de Emilio Duró, que recomendé, había aparecido esa mañana en mi “window”, así, en el mejor de los momentos. En realidad, vino de la mano de J. o D. Positividad (el de la música mañanera). Justamente, cuando había escuchado, aproximadamente, la mitad de la conferencia, me avisaron de la dirección de la empresa para darme la noticia. ¿Casualidades? No lo sé, pero si puedo decir que el mensaje que intentaba trasladar Emilio Duró ya había calado dentro de mi y me ayudó a subir aquellas escaleras, a tocar en la puerta antes de entrar, a sentarme frente a frente, a calmar la opresión en la boca del estómago, a escuchar los argumentos y a preguntar lo que creí oportuno. También me ayudó a bajar las escaleras, volver al escritorio, darle el play y seguir oyendo, ordenar mis pensamientos y actuar en consecuencia. Me ayudó para volver a casa, dar la noticia, animar a los míos y mantener mi ánimo.
“¿Y ahora qué?”- me pregunta mucha gente. “¿Qué vas a hacer? Con lo mal que está todo”- apostillan.
“Ahora, es otro asunto, otra adrenalina, otros ajustes y cambios, otra forma de mirar hacia delante, otros caminos y puertas. Ahora “es otra cosa, mariposa””.
Anoche, cuando mi hermana me avisó que Duró estaba con Buenafuente, no pude más que correr hacia la televisión, buscar La Sexta y sentarme a escuchar lo que quedaba de entrevista. Hoy la he visto completa (pincha aquí) y me quedo con esta frase:
“Si tú mañana pierdes el trabajo, tienes una pareja que te quiere, te encuentras bien físicamente, tienes unos hijos que te quieren....TE COMES LA VIDA”
A partir de aquí... “a otra cosa, mariposa...de colores”.
Aquí les dejo la canción que J. o D. Positividad, decidió dedicarme, a todo volumen, el último día de trabajo.
13 comentarios:
Hola María:
Ahora, como dices, es otro asunto. Uno nunca sabe si estas cosas que pasan son buenas o malas al final. ¿quien sabe? . Lo único que se me ocurre decirte es ánimo y que ese espíritu y testimonio positivos que nos dejas no te abandone y puedas comerte la vida.
Un beso muy fuerte.
Hola Fernando:
Gracias por tus deseos de ánimo; me vienen muy bien, porque cuantos más sean deseándome lo mejor, mejor saldrá todo.
Si hay que buscarle el lado bueno a las cosas, te aseguro que lo hago. Sin ir más lejos, el sábado pasado durante su partido de fútbol, mi hijo terminó con una fractura en el peroné. Ahora está escayolado, dolorido y falto de "asistencia". ¡Pues aquí estoy yo, a jornada completa!. Una semana antes hubiera sido un caos, pero ¿ahora? me tiene en casa, cojines arriba, cojines abajo, coche en la puerta, consulta con el trauma, etc.
Si las dos cosas tenían que pasar ¡qué mejor que ocurran juntas! ¿no crees?.
Yo hubiera preferido que no se rompiera nada, pero pasó. Así que hay que quedarse con lo mejor de lo que hay y lo que hay es una pierna escayolada y una madre en casa, pa' lo que sea menester, jaja.
Muchas gracias, amigo, por tu comentario y aunque soy de poco apetito, haré un esfuerzo.
Un beso y feliz semana.
Ánimo, te deseo lo mejor y recuerda: Cuando un puerta se cierra, se abre una ventana. Suerte y adelante.
Muchas gracias, Felipe.
Las ventanas me gustan, sobre todo, la que tengo aquí, al lado del pc. Hace algún tiempo, entre Septiembre y Octubre de 2009, escribí un post llamado "Buenos días, Sol"; si te apetece, te invito a leerlo, ya verás por qué me gusta esta ventana.
Si las que se me abrirán son parecidas a ésta, no tengo que preocuparme: es estupenda, jeje.
Saludos, Felipe, gracias por visitarme y dejar tu comentario. Te lo agradezco mucho.
Hola María:
Algo me decía que tenía que visitarte y mira por dónde había causa. Siento lo de tu pérdida de trabajo. Y lo siento también por la gente de tu empresa que se ha quedado sin rincón zen, consejos prácticos y sentido común a raudales.
Hay algo de pérdida personal cuando se pierde el trabajo porque uno deja allí más que un lugar en el que desarrolla una actividad y cobra por ello. Imagino que las causas habrá que buscarlas en la crisis, ya tan larga, pero no será de mí de quien recibas frases hechas de apoyo.
Sólo decirte que este es un momento del que, como dices, también se puede sacar provecho y en el que el valor relativo de las cosas sufre una especie de mutación que no tiene porqué ser mala.
Si el vídeo de Duró llegó en un momento providencial seguro que no fue por casualidad. Y estoy seguro de que, a pesar de tu sentido práctico, sabes leer entre líneas.
Un abrazo, esta vez un poco más cariñoso.
María lo lamento, pero las cosas ocurren por algo. No creo en las casualidades. Todo esta mal, y esto tampoco es casualidad. Hemos atado los perros con longaniza sin darnos cuenta que un día esto podía pasar. Y pagan los de siempre…
¿Y ahora qué? Echarle actitud positiva y verle el lado bueno:
“tienes una pareja que te quiere, te encuentras bien físicamente, tienes unos hijos que te quieren....TE COMES LA VIDA”
Tu post es sereno, has pintado la realidad en colores pastel, sin angustia ni amargura. Sabes que vales, y no ese el motivo del adiós, sino de la situación que estamos viviendo.
Dedícate un poco más a ti misma, hacer lo que no has podido por falta de tiempo y muéete despacio con tu curriculum, que algo mejor vendrá. Estoy segura “Porque tu lo vales”
Un beso
Hola Josep:
Lógicamente, uno también pierde algo más que el trabajo. No en vano, a veces, pasas más horas en él y con los compañeros que con la propia familia y en tan largo periodo hay para compartir de todo.
Las personas que lograron conquistar su "parcelita" en mi corazón, saben que es para siempre, así que no hay problema en éso.
Lo has explicado muy bien: "No tiene porqué ser malo". Así lo creo.
Un ciclo se cierra y otro se abre. Lo veo, lo pienso y lo tomo así, sin más traumas.
Gracias por ese abrazo especial.
P.D. Por cierto, he leído tu último post., el de Morin; muy interesante, pero necesito tiempo para releerlo. ¿Será que no estoy en lo que estoy en estos momentos?, jeje.
Un beso, Josep. Gracias.
Hola Katy:
Gracias por tus palabras.
No estoy por la labor de amargarme preguntándome "el por qué", porque no iba a cambiar mi situación y ni llevarme a ningún sitio. Esto lo aprendí tiempo atrás.
Los pasos deben ser hacia delante, aunque se cambie de dirección, si hiciera falta.
Me has captado bien: "sin angustia, ni amargura". Tal vez porque nunca tuve perro y en mi casa, más que longanizas, siempre se comen lechugas (ya sabes, medio vegetariana, jeje).
Es un buen momento para copiar las palabras de mi madre "yo siempre viví en crisis".
Si me apuras, haré un paralelismo con el cuento de tu blog: "siempre escogí la moneda de menos valor".
Me gusta tu consejo: despacito. Ya lo había pensado, jeje.
Muchos besos, Katy.
Hola María.
Pues mala noticia, pero veo en tu actitud siempre positiva que se convertirá pronto en algo bueno, ya lo verás.
A por ello, vista hacia adelante, y mucho ánimo. ¡A comerse la vida!
Un abrazo
Pablo
P.S. Yo también pensé en la canción de Julieta Venegas en cierta ocasión, al cambiar de trabajo.. ;-)
Hola Pablo:
Pronto, pronto, no sé si será, tampoco voy a salir corriendo porque las prisas nunca fueron buenas consejeras.
Siempre, en cuestiones laborales, anduve detrás de mis circunstancias, "si es necesario, se hace". Tal vez, me llegó el momento de parar un poco, mirar con perspectiva, decidir cual me gustaría que fuera mi camino y entonces, solo entonces, ponerme a caminar con paso fuerte y decidido.
Te agradezco tus palabras.
Un abrazo y feliz semana, Pablo.
P.D. La canción no la elegí yo, pero he de reconocer que D. Positividad bordó la elección, jeje.
Maleni, te envio un correito.
Bueno hermana,no creo que te pueda decir nada más de lo dicho estos días.....ahora es el momento de decidir qué quieres hacer con tu vida.......los demás te apoyaremos...
Besos
Cuando se cierra una puerta, otras muchas esperan para abrirse. Animo y p'alante
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