30 de abril de 2010

Mayo...is different



Mayo es un mes estupendo para celebrar, lleno de luz, flores y esa calidez primaveral que nos envuelve durante sus días.

Empezamos celebrando el sábado, día 1, el Día del Trabajador. Este año no dejará de ser un poco “raro”; los que aún conservamos el puesto lo celebraremos junto a 4 millones de españoles que no lo tienen.

El domingo, día 2, será el Día de las Madres. No dejes para la última hora de la tarde tu visita, si aún conservas la tuya y si no es posible, porque la distancia lo condiciona, llámala tempranito, alégrale todo el día. No cuesta tanto ¿verdad?.

Y el día 3, lunes, es el Día de la Cruz, fecha en la que los “chicharreros” celebramos el día de nuestra ciudad: Santa Cruz de Tenerife.

Estas fiestas tienen un toque “tradicional”, una urbe que celebra sus usos antiguos, un pueblo que festeja entre isas y folías, flores y cruces, trajes típicos y costumbres autóctonas.

De “Las fiestas de Mayo” hubo algo que siempre me gustó muchísimo; tan pronto como nacía el mes, llegaba “Gorgorito” y su famosa canción “Té, chocolate y café”.
“Gorgorito” es el personaje principal de un grupo de títeres creados por Maese Villarejo y que llevan asistiendo a las fiestas de nuestra capital casi 50 años, como a muchas otras ciudades españolas.
Todos los años, alrededor del “Reloj de Flores” del Parque García Sanabria, se instala el teatrillo y cada tarde, durante unas semanas, “Gorgorito”, estaca en mano, se batirá con la “Bruja Ciriaca” o el “Ogro” para salvar a “Rosalinda” y los niños, de ayer y de hoy, gritarán “Por allí, por allí” sabiéndose protagonistas imprescindibles de la historia de cartón piedra.


Tras la función, se puede dar un paseo por la Exposición Regional de Flores, Plantas y Artesanía Tradicional Canaria, situada en el mismo parque, y donde se dan cita floristas de distintos rincones de la isla. Preciosas composiciones, llenas de color y formas espectaculares se apoderan de los sentidos. Algunos de los conjuntos ornamentales serán galardonados en el concurso que tiene lugar en esas fechas. También se pueden adquirir flores y plantas en los distintos puestos anexos. Mucha gente aprovecha para comprar el regalo para sus madres: las macetas floridas y distintos grupos florales, así como las orquídeas, son los preferidos.


También es posible acercarse a algunos puestos de artesanía canaria donde, además de poder adquirir sus productos, se puede observar el trabajo de los artesanos “en vivo”: caladoras entre agujas y linos, ceramistas modelando el barro, cesteros, talladores, etc.

Diversos
actos festivos y culturales se reparten por lugares emblemáticos de la capital. Celebraciones religiosas, romerías, exhibiciones de deportes autóctonos como el juego del palo” o “la lucha canaria”, muestras de ganado, actuaciones de grupos folclóricos, competiciones deportivas o concursos gastronómicos.

Pero si hay un acto esperado y festejado es el “Baile de Magos”. En realidad, es un baile popular, donde los asistentes tienen que lucir vestimenta típica canaria y donde además de danzar al ritmo de música folclórica canaria, hay mesas y sillas donde se comparten viandas entre amigos y familiares; papas arrugadas, mojos verde y rojo, gofio amasado o en polvo, carnes a la parrilla, pescados en salsa, rosquetes, frangollo, vino del país y un sin fin de platos y productos hechos para disfrutar.


Este acto obtuvo el Guinness Records el 2 de mayo de 1999 al alcanzar la cifra de 8 mil personas comiendo y bailando, vestidas de forma tradicional, en un lugar abierto.

El día 3 de Mayo, la capital despierta con cruces engalanadas, repartidas por distintos barrios de la capital. En Día de la Cruz se celebra el cumpleaños de nuestra ciudad y una bonita forma de festejarlo es visitando, a lo largo del día, las diferentes cruces de flores, auténticas joyas vegetales, donde la imaginación y la creatividad no tienen límites.


Distintas actividades se prolongarán durante el mes entero y el propio día de la Comunidad Autónoma de Canarias, el próximo día 30 de Mayo, pondrá fin, como cada año, a este mes de flores y tradiciones.

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19 de abril de 2010

Imaginando que es gerundio


El post de hoy de Fernando López, me ha hecho pensar en algunas cosas de ésas que observo por el “mundo mundial” de mi pequeño entorno.

Que la tecnología punta es la repera, lo sabemos; que creemos que no sabemos vivir sin ella, también; que ya ni recordamos el impreso doble para rellenar a mano (o a máquina de escribir con papel de calco, ahí es nada) de las primigenias declaraciones de la Renta, no hay duda. Tanto hemos cambiado y en tampoco tiempo, que lo de ayer nos parece de la Prehistoria y si no nos subimos a este carro parece como que se acabó el mundo y que la diversión no es la misma.

En cambio, hay personas “distintas”, como ese vecino del barrio al que, este domingo pasado, encontré sentado en la más absoluta soledad, en un lugar de acostumbrada concurrencia, con el transistor entre sus manos, escuchando, en directo, un partido de fútbol. No es un abuelo, pero su radio-transistor es de aquellos de antes, de tamaño considerable, con un frontal plateado por donde se escapan los regates, las tarjetas y los goles.

Y allí estaba él, ensimismado, como en otro mundo, y ante sus ojos no pasaba nada, su imaginación lo ocupaba todo mostrándole el césped del campo, los jugadores corriendo, el gentío, el esférico de bota en bota, mientras el locutor hacía la crónica del partido.

En su casa, con toda probabilidad, no faltará una buena televisión, un dvd, el tdt correspondiente. Es posible que también exista un ordenador con conexión a internet. Pero a él le sigue gustando escuchar el partido y da igual que no tenga compañeros de fatigas a su alrededor, desertores de las ondas a favor del cable, allá en el bar de la asociación de vecinos. Da igual que grite ¡¡¡¡ Gol!!!! a solas. Le gusta su radio, imaginar el partido, vivirlo a su manera, disfrutar a su medida.

Al escuchar el pitido que anunció el fin del juego, el resultado fue el mismo para todos (3-2) y, como el resto de los aficionados, habrá celebrado la victoria del equipo local e, igualmente, habrá comentado las jugadas polémicas con aquellos que, sentados ante el gran plasma, lo vieron con “sus propios ojos”, aunque él lo escuchara con "sus oídos” y lo viera en "su imaginación".

En el otro extremo, tanto en edad como en sacarle provecho a la tecnología actual, está el abuelo de un amigo de mi hijo.
Éste ha sabido encontrarle el disfrute máximo a la play station de su nieto. No sabe usarla, no entiende los mandos, ni los discos, pero ha descubierto algo increíble; puede ver todos los días, si se tercia, un partido “de los buenos” si logra camelar a su nieto diciéndole “¿Te apetece un Barça – Real Madrid?”. Como la respuesta sea afirmativa, se sienta en su sillón preferido y se dispone a disfrutar con los pases, despejes y tantos de esos jugadores “que parecen de verdad” aunque sabe que la quiniela no será real.

Cada cual, a su manera, ha sabido hallar una forma “distinta” de disfrutar. Es muy probable que algunos les digan “Pero hombre, así no es igual”, pero ¿y qué? Lo que no van a negarles es que se lo han “pasado pipa” y de eso se trata ¿no?.

En estos tiempos de “recortes”, donde todas “las jugadas” no son buenas, ni todos “los resultados” marcan positivos, está bien saber que “la imaginación” es un deporte que todos podemos practicar, sin mucho entrenamiento, y que nos puede reportar buenos momentos de “diversión”.

Y es gratis. ¿Y si te animas?
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6 de abril de 2010

Entre idas y vueltas


Durante esta Semana Santa tuve la ocasión de visitar el aeropuerto en dos ocasiones; una para la ida y otra para la vuelta y siempre el mismo, sin pisar otro. ¿Cómo es posible?. Muy fácil, soy de las que acompañan para ir y para volver, pero nunca está mi nombre en la tarjeta de embarque.

Los viajes de hijos menores son así, tienen que ser acompañados por sus padres o persona acreditada hasta, al menos, 20 minutos después del despegue o hasta recogerlo cuando viene de vuelta. Y como el mío ha estado viajando desde los 7 años, entre dos y tres veces al año, puedo jurar por Snoopy que pasado muchísimos minutos sin hacer nada, solo ahí, viendo pasar gente, maletas, carritos, personal aéreo, de limpieza, etc.

Solo existen dos momentos donde mi atención se centra en un solo asunto; cuando llega la hora de pasar el control de seguridad y lo veo alejarse camino de la puerta de embarque y cuando intento averiguar cual de todos los aviones que hay en pista es el que transporta a mi vástago y el momento de su despegue.

El resto del tiempo lo aprovecho en ese entretenimiento que tanto me gusta: observar.

En esta ocasión uno de mis objetivos era “la segunda maleta”. Creo que nadie está al margen de la polémica que ha surgido con este asunto y he escuchado y leído algunas opiniones que no han hecho más que dejarme perpleja. Se apunta que el cobro de “la segunda maleta” es para evitar un gasto extra de combustible. ¿Y nos lo creemos?. ¿En qué influye, en cuanto al combustible, que los 23 Kg. de equipaje por persona se distribuyan en una, dos o tres maletas? 23 Kg. son 23 Kg., los pongas como los pongas. Y para evitarse el “recargo” sólo hay que comprarse una maleta más grande.

Entonces ¿si el peso no es lo importante dónde está el gazapo?....En el número de maletas.

Pongamos un vuelo con 125 pasajeros, cada uno de ellos utiliza 2 maletas donde distribuye sus 23 Kg. de equipaje. Total peso = 2875 Kg.; Total maletas: 250

Pongamos el mismo vuelo con igual número de pasajeros, pero solo 1 maleta por cada uno. Total peso: 2875 Kg.; Total maletas: 125

¿Ahorrar combustible? Ja ja ja. Lo que se ahorran es personal, etiquetas de facturación, etc., pero combustible no. ¿Nos imaginamos que el número de maletas en Barajas, un día cualquiera, se redujera, como mínimo, a la mitad? ¿A cuántos operarios podrían darle el día libre?. Seguramente, muchos de ellos hoy ya están en el paro.

Que manera tan “infantil” de enmascarar otra verdad. Aquí todos nos subimos a la “marea verde” de cara a la galería, pero quien maneja el cotarro es D. Dinero, como siempre.
Esto de “la segunda maleta” es tan “verde”, como la eliminación de las bolsas de supermercado. Quitan las bolsas y nos venden la carne, el pescado, las frutas y verduras empaquetadas en bandejas. ¡Qué verdes somos!.

Pero en un aeropuerto no todo son maletas. También hay personas que, como yo, deambulan mirando cada dos segundos el panel de llegada de vuelos. Es muy interesante ver como se nos muestra que los aviones que aún, casi, ni han despegado de su origen, marcan “On Time” en el panel.

Y mirando y mirando, mis ojos se clavaron en una señora ataviada con su uniforme sanitario, blanco inmaculado, bajo una rebeca de color azul marino. Lo mismo esperaba a alguien antes de ir a su trabajo, algo que no entiendo si paseas tu uniforme por cualquier sitio antes de entrar a un centro sanitario donde se “vela” por la salud, pero también es posible que ya hubiera salido de su turno. Aquí lo importante no era el uniforme en si, sino la rebeca azul marino. ¿A quién se le ocurrió primero que la prenda de abrigo más popular entre el personal sanitario sea una rebeca de ese color?. Vale que con blanco todo pega, pero ¿no podría ser roja, como las cruces que nos indican que se trata de un centro sanitario? ¿o verde quirófano por no desentonar?. Pues no, es azul marino y casi todas de un mismo estilo, a poder ser, con dos bolsillos. Vale, no es un tema tan importante, pero, al menos, es curioso. Como también lo es que usen calcetines con muñequitos o de colores “chillones”, o lleven collares de perlas o muchas cadenas.

Me hubiera encantado seguir observando, pero el panel me dijo que el vuelo había aterrizado y aunque sabía, sobradamente, que aún pasarían muchos minutos antes de verlo salir, soy su madre y mis superpoderes pueden escudriñar el horizonte tras las puertas mecánicas y verlo allí, esperando su “única maleta”.

Si alguien sabe o se entera de por qué las rebecas del personal sanitario son de color azul marino, que avise, que ahora la duda no me deja dormir, jaja.
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