19 de agosto de 2011

Se busca...


Uno de los significados de “trabajo”, según la Real Academia Española, es “Esfuerzo humano aplicado a la producción de riqueza, en contraposición a capital”.

Esfuerzo, producción, riqueza, capital... ¡Entendido y aceptado!.

El viernes pasado tenía fecha para renovar mi demanda de empleo. Cuando estaba en las cercanías de mi oficina del Servicio Canario de Empleo, vi lo siguiente: un hombre joven, de unos treinta años, se paseaba entre los coches que esperaban el cambio de semáforo con un cartel sobre cartón donde rezaba, con letras grandes, claras y muy elocuentes: BUSCO TRABAJO.

Lo primero que me vino a la cabeza fue ¡Caramba, a esto si se le puede llamar búsqueda activa de empleo!. Pero lo segundo fue ¡Qué mal lo estará pasando!. Mientras veía a lo lejos el grupo de personas que permanecía en el exterior de la oficina de empleo, me consolaba a mi misma pensando “aún te queda paro, aunque el próximo mes ya cobrarás solo el 60%”.

Llegar a la puerta de la oficina, no gusta, no te acostumbras, al menos, es así para mi. Entras, te encuentras a un guardia de seguridad, en esta ocasión muy amable, hacia a quien  me dirigí para solicitarle información. Me indicó donde tenía que pasar y cuando me tocó turno, me acerqué y entregué mi demanda.

 “Tiene que volver el 11 de noviembre, señora”. - me dijo la empleada.

“Perdone, ¿podría hacerle otra consulta?. A unos primos míos, del norte de la isla, los han derivado a esta oficina para solicitar información sobre las campañas en el extranjero. ¿Sería Ud. tan amable de indicarme cómo han de concertar la cita para evitar que hagan el viaje en balde?”. – pregunté.

“¿Campañas en el extranjero?. Ahora mismo no hay nada, tiene que entrar en la página web y mirar directamente, eso sí, tendrá que saber inglés porque de otro modo no entenderá nada.”. - me replicó con un tono bastante agrio.

“Ya, pero verá, es que de su oficina de empleo los han enviado a hablar con “Doña Fulanita”  y  solo necesito saber cómo se puede concertar la cita”. - insistí.

“Está de vacaciones. Hasta septiembre: NADA”. - replicó, como contrariada por mi insistencia.

No sé si al ver mi cara de póquer, o si se acordó de repente, el caso es que se giró, buscó entre papeles y me entregó un folleto de EURES (el portal europeo de la movilidad profesional), donde figuraba algo de información, las páginas web relacionadas y los datos de contacto del consejero de la provincia.

“Aquí tiene, que llamen en septiembre y ella verá si puede o no puede atenderlos, pero sin idiomas, no creo. Ingenieros, si están pidiendo, pero ¿en la agricultura? No. Ahora no hay campañas”.  - me dijo.

Cogí el folleto, levanté la vista, la miré y le dediqué una sonrisa mientras le decía: 
“Muchas gracias, ha sido Ud. muy amable”. Con educación, por supuesto, porque si me llega a salir la vena de barrio, le hubiera recomendado un poco más de fibra y un poco menos de vinagre en el desayuno.

Luego pensé, a saber la cantidad de gente, de qué maneras y modos tendrán que atender, diariamente, estos empleados. Pero ni todos somos iguales, ni tan distintos, digo yo. Tal y como están las cosas, nadie queda exento, de por vida, de terminar “al otro lado de la mesa”, de este lado, del que no gusta.

Dado el éxito obtenido, o sea, ninguno, me propuse sondear la red en busca de alguna oferta de trabajo para mis primos. Ellos, aunque agricultores de “nacimiento”, dedicaron gran parte de su trayectoria laboral al mundo de la construcción. Por tanto, son de aquellos que cayeron primero, de los que ya no cobran nada, de los que están cansados de ir de un lado al otro buscando “lo que sea”.

En algunos portales de empleo aparecían algunas ofertas, pero a las que solo se puede acceder dándose de alta, incluyendo el currículum, etc. Tal vez, algún hijo o sobrino esté lo suficientemente entrenado para sumergirse en el 2.0 y poder optar a esta nueva vía de “oferta y demanda”. Recopilé algunos datos para hacérselos llegar.

Ojalá tengan suerte, la necesitan, con mayúscula.

Pero leyendo y buscando, encontré un anuncio, una demanda, que me tambaleó de mala manera. La reproduzco, eliminando las “señas”.

CHICO ESTUDIANTE
Olaa. Me llamo Xxx, soy de xxxx, tengo 18 años y busco trabajar, en la zona de xxxx y de xxxx, preferiblemente en esta última. Uno con un sueldo remuderado y ponderado en relación con dicho empleo. Poseo Titulo De Graduado Escolar(ESO), conocimiento y manejo medio de Adobe Photoshop CS4-5 y De Informatica en general(también medio). Contactarme por Email Si Quieres Hacerme una Pre-Entrevista. PD: No acepto trabajos que afecten a mi integridad ética ni tampoco tolero la Preeminencia. saludos

Excepto las equis, no he retocado nada, lo prometo, pero vamos a diseccionar el texto.

Olaa: sin h y vamos a pensar que pulsó dos veces la a, sin querer.

En la zona de xxxx y de xxxx: nombre de localidades sin mayúscula, dos veces.

Uno: se referirá al trabajo.

remuderado y ponderado en relación con dicho empleo: Además de la falta de ortografía, tiene mucha pinta de ser “copy & paste”.

Título De Graduado Escolar (ESO): por la edad, debe ser ESO, pero le gustó más lo del título y  colocar mayúsculas en cada una de las palabras, ¿dará caché?.

conocimiento y manejo medio de Adobe Photoshop CS4-5: Muy útil para retocar fotos, ¡gran herramienta!.

De Informatica en general(también medio):  en el otro “medio” debe de estar lo relacionado con el corrector ortográfico; falta tilde y sobran mayúsculas.

Contactarme por Email Si Quieres Hacerme una Pre-Entrevista: Difícilmente el contacto podrá ser de otra manera si no se especifica otra vía en el anuncio. Uso del “tuteo” anticipadamente, incluso antes de una “Pre-Entrevista”. ¿Esto qué es?. Otra vez, abuso indiscriminado y erróneo de mayúsculas.

PD: No acepto trabajos que afecten a mi integridad ética: ¿Hay algo que deba saberse?, ¿Excesiva sensibilidad?, ¿Problemas con el cabello?, ¿Qué ocurre, chaval?.

ni tampoco tolero la Preeminencia: ¿Seguro de querer usar esa palabra?.  Privilegio, exención, ventaja o preferencia que goza alguien respecto de otra persona por razón o mérito especial”. Por el “tono del anuncio”, tal vez la palabra a usar fuera ¿Prepotencia?.

saludos: Minúscula tras un punto.

Volvamos al encabezado:

CHICO ESTUDIANTE: No es para tomárselo a mal, pero como “estudiante” no se ha lucido mucho o aún le queda mucho camino por recorrer. Aún así, el Título de Graduado Escolar no le calza; los que si lo tenemos, pasamos buena parte del tiempo invertido en ello, corrigiendo ortografía, haciendo dictados y adquiriendo vocabulario. Sólo es mi opinión, por supuesto.

Si en lugar de buscar trabajo, me encontrara en situación de contratar a alguien, desde luego con un anuncio así lo que pensaría sería:


“No está muy dispuesto a moverse; de una localidad a la otra no hay más que un paso. Sueldo remuderado y ponderado ¿pero sabe lo que está diciendo?. Por sus conocimientos, da la impresión que sabe subir sus fotos al Tuenti y chatear muy bien ¡Justo lo que no necesito!. ¿Una Pre-Entrevista?, ¿Para qué?. Ya lo deja todo claro en pocas palabras. ¿Integridad ética?, ¿Preeminencia?. Demasiados peros para trabajar. Pasemos al siguiente.”

Después de todo, con adversarios así, aún no pierdo la esperanza, al fin y al cabo....

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4 de agosto de 2011

Homeschooling veraniego


Sin duda alguna, lo mejor de este verano está resultando ser  mi  “homeschooling” particular.

Pero para que esto esté siendo posible, las “circunstancias” han tenido a bien alinearse de la forma correcta, en el momento preciso y en el lugar idóneo.

Es decir, estoy “en paro”,  siempre tengo ganas de aprender y compartir, tengo con quien hacerlo y, sobre todo, disfruto como una javata.

Sin desmerecer ni un ápice lo que tengo en casa, puedo prometer, y prometo, que la existencia de mis dos sobrinos pequeños, y maravillosos, está colmándome de alegría, risas y “juventud”.

Guillermo (antes conocido como “mi peloto”, hoy  “el niño de mis ojos”) se está haciendo mayor a una velocidad de vértigo, pero con sus tres años y medio está en el momento ideal para volverme loca, pero sin tener que consumir  medicación alguna.


Ángela, la pequeña, con sus casi 11 meses, me tiene conquistada de pies a cabeza. Es la “niña” de la casa y la familia, la guinda que nos faltaba y por la que babeamos al unísono; ella, por sus dientes y nosotros sólo por mirarla.


Cada mañana, durante el mes de Julio, he acompañado a Guillermo a su primer curso de iniciación de natación. Su abuelo y yo, hemos sobrevivido a las insolaciones de puro milagro y, a veces, gracias también a la intervención de mi sempiterno paraguas “de fondo de bolso”. Eso sí, verlo progresar desde el uso de manguitos, pasando por el “churro” hasta los lanzamientos kamikazes a la piscina sin necesidad de “elementos flotatorios” ha sido espectacular. Lo mejor de todo, la alegría, las ganas y esa eterna sonrisa que siempre acompaña a mi “delfín”, por muy fría que estuviera el agua.


Entre idas y vueltas a la piscina, también hemos jugado a “se dice así”. Me divierte mucho constatar la lógica aplastante con la que los niños comienzan a crear vocabulario. Utilizan la raíz de las palabras y crean a partir de ahí de manera lógica, aunque se no ajuste a la realidad. Por ejemplo, los verbos. La irregularidad de ciertas formas verbales se les escapan.
Verbo: Poner = “Yo poní”.
Verbo: Hundir = “Me hondé”. La piscina está honda, es lógico que te hondes.

No es una cualidad sólo de Guillermo, una amiga suya le dice a su madre: “Mamá, voy a “bicicletear con mi bicicleta”. Lógico: bicicleta = bicicletear.

El uso de los géneros también se hace un poco complicado. Cuando decimos “niños” en general, señalando un grupo de criaturas, él apostilla “niños y niñas”, haciendo una clara diferencia.
Para él, yo soy “jovan” y no joven. Es su manera de expresar el femenino. A mi me encanta, sobre todo, porque hasta hace nada, según sus ojitos y mi fecha de nacimiento, era “vieja”, pero debe ser que estar a su lado ha conseguido borrarme años, porque ahora soy “jovan” y me gusta, jaja.

Un día llegó a casa de los abuelos un folleto “con dibujos” de la compañía de gas, sobre seguridad. Él me preguntó sobre qué era aquello y le estuve explicando que significaban los dibujos. En uno de ellos se veía una “bombona” (botella de gas) tumbada con un aspa roja encima. Le expliqué que aquello significaba que las bombonas no debían tumbarse. Al día siguiente, mientras estábamos en la calle me dijo “Mira, tía, un camión con “tumbonas”.
                       
En las sobremesas jugamos a “¿qué canción estoy tarareando?” y no falla ni una, claro que soy una máquina dándole el tonillo justo al tararear la canción de “Doraemon, el gato cósmico”.  No es fácil, no crean, porque hay que tener cierto conocimiento en materia musical infantil; no le vale que le tararee cualquier cosa, tiene que ser del repertorio adecuado, es decir, cualquier sintonía de su tema favorito: los dibujos animados. Menos mal que aún ponen “el pájaro loco” porque, a veces, me veo sin recursos.

Por las noches, antes de dormirse, toca “Cuéntame un cuento” y hemos optado por hacer creaciones interactivas. Yo le pregunto el tema y él da la pauta. Luego, sobre la marcha, vamos recreando juntos una historia; lo mismo nos toca ir en submarino para observar la fauna marina que un hada nos pinta la casa con los colores de la primavera.  Tras muchas aventuras, contar estrellas es un bálsamo para dormir; alrededor de las 100 prefiere dejarse llevar por Morfeo y dejar los juegos para mañana. A veces, hasta yo sucumbo al suave guineo de mi propio contar y cuando vuelvo en mí no estoy segura si me he saltado de la número 80 a la 85 sin pasar por las demás. 


Hace unos días, le construí un avión con materiales reciclados: cartón, tapones, recortes de revistas. Ver sus ojos de incredulidad al ir reconociendo los materiales no tiene precio.


Le encanta venir a mi casa, por eso, este mes que ya no hay piscina, a media mañana voy a recogerlo a casa de los abuelos y nos venimos a hacer cositas juntos. Por el camino, jugamos a “rojo y azul”, que no es otra cosa que ir saltando de loceta en loceta del color elegido. También hay una parte del recorrido donde ejercitamos el equilibrio; él se sube a los muritos de los jardines y yo intento que no se caiga. Hablamos de árboles, bichitos y cosas “del mundo mundial”, como “un día yo fui al Loro Parque y vi leones marinos”.  Todo muy divertido, ¿a que sí?.

Ya en casa, hay dos cosas que siempre hace: coger unas pesas de su primo Carlos para "hacer ejercicio" y, un poco más tarde, descalzarse para "darse un masajito en los pies" con los rodillos de madera, imagino que para descansar de tanto ejercicio.

También hemos colaborado en un  proyecto “conjunto” para la celebración del primer cumpleaños de su hermana, pero como es “secreto” no lo puedo desvelar. Eso sí, sin su ayuda me hubiera resultado más que difícil, monótono, jeje.

Él también piensa ya en su propio cumpleaños, que será en diciembre.  Nunca es demasiado pronto para tener claro la temática de la celebración: “Caballeros y dragones”. Eso sí, quiere que su madre le haga una tarta con un castillo, un bosque, una princesa, un caballero y una bruja “mala”. ¡Suerte que no soy repostera!, jeje.  Ahora, también nos ha informado, a sus tías, que tenemos que disfrazarnos de “blancanieves”, aunque hemos intentado que nos rebaje la condena a simples “brujas buenas”. Ya se verá, estamos en plenas negociaciones.

Hoy hemos vuelto a casa y al llegar al rellano de mi piso me preguntó por el número que señala la planta. Le dije que era el 3 y entonces se fijó en las letras que hay en cada una de las puertas. Le conté que la de mi puerta era la “D” de dedos; él me señaló la otra y dijo “esa es igual”, pero no, era la “B” de besos, le dije, y ésa es la “A” le indiqué señalándole la otra puerta y sin darme ni un segundo me contestó: “La A de abrazos”. ¡Síiiiiii, del que te voy a dar!”.

Para compensar el esfuerzo realizado en la ejecución del proyecto “secreto” para el cumple de Ángela, hoy hemos estado haciendo un castillo. A Guillermo le encanta usar el pegamento de barra, por lo que se me ocurrió una manera estupenda de hacerle el gustillo: papelitos para “colorear” el castillo.  Apenas llevábamos completados los árboles y arbustos cuando me dijo: “Tía June, tengo una idea mejor, ¡estoy muy cansado!, yo veo los dibujos y tú lo haces”. Jajaja, que listillo, pero qué encantador.

Tía June” soy yo, pero la historia de todos mis nombres será el tema de un próximo post.

Al final, esta tarde, he terminado, yo solita, el castillo, porque para mañana tenemos otro plan y no es cuestión de ir dejando las cosas a medias. Se lo he llevado para que se lo regalara a su madre y cuando nos encontramos con ella, camino de su casa, a pesar de mis advertencias, le dijo al grito pelado: “Mamá, tengo una sorpresa para ti, es un secreto....ES UN CASTILLO”, jajaja. 


De Guillermo puedo hablar y no parar, pero también está Ángela, su hermanita. Aún no habla, pero estamos en ello. Sabe hacer como nadie el gruñido de un ¿dinosaurio?; es increíble como de un ser tan pequeño puede salir tremendo estruendo y tan gracioso. Aunque aún no sabe expresar con palabras lo que quiere, sabe perfectamente hacerse entender.
Es muy observadora, de carácter fuerte, pero risueña a más y no poder. Cuando ríe a carcajadas se nos abre el cielo.
Siente delirio por su abuelo y él por ella. Juntos, él en su silla y ella en su cochecito, “cantan” a la sombra de la terraza. El abuelo le canta coplas y ella ha aprendido a “seguirle el ritmo” con su “tata tá”. Deberíamos inmortalizar esos momentos.

Ya simula besos, chasquidos con su boca que nos hacen sonreír. Claro que también hace lo mismo cuando come, en señal de “me gusta”.  Y le gusta todo, jamás le ha hecho ascos a nada y es capaz de probar cualquier cosa que le acerques a la boca;  primero con cierta precaución, pero siempre termina por darle su visto bueno. Yo la llamo “black hole”, porque cosa comestible que cae en su boca, desaparece.

Si la tengo en brazos y le digo “tilín, tilín”, mueve sus manitas y las acerca a mis pendientes. Le encantan todos los complementos y no se le escapa ni uno, ya sean zarcillos, broches o collares. Espero que también le guste usarlos, porque solo estoy esperando a que le crezca su lindo cabello rubio para llenarla de lazos, diademas y pinzas decoradas; para eso soy artesana y artista y ella nuestra única niña, jeje.

Por cuestiones de salud, mi hermana mayor está compartiendo esta semana con nosotros; como amantes de los buenos documentales, nos hacemos llamar las “elefantas o macacas”. Cómo éstas, en sus manadas, somos las “féminas mayores”, las tías, las que nos remiramos en los vástagos de nuestra hermana menor, con los ojos de la experiencia, la risa que nos regala su inocencia y el amor hacia “lo nuestro”.  Cuando algún comentario de Guillermo o algún nuevo logro de Ángela nos asalta, nos miramos con  complicidad, con la sonrisa ladeada, disfrutando del momento y del hecho de ser tías. Simplemente, maravilloso.

Aún tengo por delante un mes repleto de “homeschooling” veraniego; todos aprendemos cosas nuevas “en casa”, en familia, pero sobre todo ...

¡DISFRUTAMOS! y es gratis.

P.D. Las fotos de los niños las he tomado "prestadas" del blog de su madre "mamadameteta"; seguro que no se enfada ¿verdad, hermanita?.



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