Como trabajadora y “cabeza” de familia he estado preocupada por el devenir de la votación que iba a celebrarse hoy en la Eurocámara por el asunto de la jornada de 65 horas semanales de trabajo.
Acabo de leer para alegría mía, y espero que de muchísimos trabajadores, que, al final, más de 500 eurodiputados han votado a favor de algunas de las 41 enmiendas presentadas, lo que significa que habrá un nuevo periodo de “conciliación” (90 días) y si no hay acuerdo, la propuesta de este “exceso de jornada” desaparecerá.
Acabo de leer para alegría mía, y espero que de muchísimos trabajadores, que, al final, más de 500 eurodiputados han votado a favor de algunas de las 41 enmiendas presentadas, lo que significa que habrá un nuevo periodo de “conciliación” (90 días) y si no hay acuerdo, la propuesta de este “exceso de jornada” desaparecerá.
Desde mi profunda ignorancia, pero aplicando el poco sentido común que creo tener, no logro comprender cómo se ha llegado a este punto, donde los derechos adquiridos por los trabajadores, a lo largo de la historia, sobre todo durante el último siglo, parecen ir a la deriva, navegando sobre un mercado económico y financiero mundial cuajado de tempestades y huracanes, a cual más preocupante.
Admito que he tenido que estudiarme lo que significa “flexiguridad”, vocablo muy utilizado en esta propuesta. Por lo visto, este término hace referencia a un sistema utilizado en Dinamarca, que proporciona una gran flexibilidad a las empresas a la hora de contratar y despedir, pero al mismo tiempo garantiza el cobro del 90% de su sueldo en prestación a las personas que se vean desempleadas, hasta un máximo de cuatro años. Durante este tiempo, tendrán que realizar cursos de formación y si la situación de paro continúa, se les instruirá en los sectores con más oferta de empleo. De manera que se une la flexibilidad laboral a la seguridad de poder mantener la economía familiar, a pesar de perder el empleo, y tener la seguridad que el sistema hará lo posible para una rápida reinsersión laboral.
Hasta aquí, creo yo, no hay mucho malo que objetar ¿verdad?. Sería ideal un sistema así, que te protegiera en caso de pérdida de trabajo, sin dejarte al límite de la miseria y que, además, se comprometiera en serio en ayudarte a volver al mercado laboral con un plan de empleo y formación casi “idílico”, visto desde la distancia y con todas las reservas del mundo, ya que no conozco a ningún danés que pueda hablarme del sistema en cuestión.
Pero ahora es donde me pierdo totalmente. No comprendo que tienen que ver las 65 horas de jornada con el sistema danés. No le veo color por ningún lado.
Según la información que aparece en la página del Ministerio de Refugiados, Inmigración e Integración de Dinamarca, en este país la jornada laboral es de 37 horas semanales con 5 semanas de vacaciones pagadas. Además cabe destacar de la entrevista a Claus Hjort Frederiksen , ministro de empleo danés, que publicó el Suplemento de El Mundo el 24 de Junio de 2007, lo siguiente:
P.- ¿Cuál es el precio de la 'flexiguridad'?
R.- Es muy caro. Muchos políticos europeos vienen a estudiar el sistema y lo encuentran tremendamente interesante por lo flexible, pero cuando hablamos de la parte de seguridad y de las políticas de educación, les cambia el semblante.
A saber, Dinamarca es un país con una población que ronda los 5 millones y medio de habitantes, más o menos como Madrid, con una tasa de paro del 3.7 %. España, por el contrario, tiene más de 46 millones de habitantes y casi 3 millones de parados. Y ya les resulta caro mantener ese plan.
A ver si alguien viene y me lo explica porque no hay forma de que me entere. Tal y como está la economía mundial, hundida, casi ahogada por completo, gracias a los “grandes inversores”, los reyes del mambo, los de la sartén por el mango, los verdaderos protagonistas de “La avaricia rompió el saco….del banco”, donde cada día se presentan ERE de diversas empresas, que en el mejor de los casos, sólo reducen las jornadas de trabajo a la espera de una mejoría, que se antoja lejana, y en el peor te dejan en la calle, donde se acabaron las horas extras, donde la hipoteca asfixia y la cesta de la compra no se abarata. Si no hay trabajo, no hay consumo, nadie gasta ¿Dónde piensan emplear tantas horas al personal?.
Yo sé lo que pasa, me lo imagino… En tiempo de crisis todo el mundo le teme al futuro, a la posibilidad de la caída, a acabar en la pobreza y a algunos les interesa la “flexiguridad” pero no dentro de un marco de respecto, sino agarrándote de las entrañas y diciendo “es lo que hay, o trabajas tanto o no hay curro...eso sí, la horita es a precio de saldo, no vayas a hacerte rico mientras trabajas para mi”.
Todo lo contrario ocurre en Dinamarca que es la nación más feliz del mundo, según cuentan en la revista www.solociencia.com (leer más).
Que no nos mientan, la “flexiguridad” de Dinamarca, es de Dinamarca y la que pretenden colarnos es otra, a propuesta de Reino Unido que, para más INRI, sólo quiere ser europeo cuando le interesa, mientras tanto continúa con su Banco Central y su moneda. Vamos..soy británico, reino unido, un poco europeo, pero sobre todo, “flexiguro” de 65 horas.
Ay, ay, ay…. Menos mal que reinó la cordura y los eurodiputados votaron en contra de tan polémica propuesta británica porque ya me veía mandándole mensajes al móvil a mi hijo para desearle buenos días, que calentara en el microondas las judías que hice ¿el domingo de la semana pasada?, buenas noches…no me esperes.
3 comentarios:
Chapeau por el artículo. Yo si conozco a alguien de Dinamarca y sinceramente la situación laboral allí no tiene nada que ver con la de nuestro país. También me gustaría saber cómo está regulada la conciliciación de la vida laboral y familiar en Dinamarca.
Sólo espero, que independientemente de las ideas políticas, los currantes nos demos cuenta de una vez de los partidos que defienden nuestros intereses. Lanzo una pregunta al aire para la reflexión personal de cada uno: ¿la propuesta de las 65 horas semanales vino de partidos de izquierdas o de derechas?
El que tenga luces para comprender, que entienda.
Aquí te dejo un enlace a un blog financiero donde el autor "defiende" con argumentos absurdos la jornada de 65 horas semanales. No se pierdan la respuesta del primer anónimo, no tiene desperdicio.
http://www.rankia.com/blog/macroymicroblog/2008/12/argumentos-imprescindibles-en-un-debate.html
Luis
He mirado el enlace que me recomiendas y he dejado un comentario, porque como me avanzabas, "no tiene desperdicio".
https://www.blogger.com/comment.g?blogID=2833130123269563729&postID=79415896533324157
El máximo de horas que yo he trabajado semanalmente han sido unas 65 o 66, todas incluidas en mi sueldo (nunca me han pagado horas extras), en este momento trabajo 45, soy una madre reciente que se niega a ver crecer a su hijo mientras él duerme, ya casi perdí a mi pareja y familia, pues toda mi vida se centraba en mi trabajo.
Me alegro de que no se haya aprobado, porque no querría tener que volver a "malvivir" de esa manera.
Hasta hoy no sabía que era la "flexiguridad" pero esta claro que lo más cerca de Dinamarca que estamos en este país es cuando comemos galletas.
Saludos
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