Ayer, mientras repasaba las noticias en la red, un titular captó mi atención “Desata Facebook debate por fotos amamantando” y leí, envuelta en perplejidad, lo que se había montado. Inmediatamente, le envié el artículo a mi hermana, defensora de la lactancia materna, tal y como intenta reflejar en su blog MAMADAMETETA. No tardó mucho en colgar el artículo, indignada.
Por lo visto, Facebook suprimió la foto de una usuaria porque aparecía amamantando a su hijo, ya que su política de uso del servicio implica que la página sea segura para todos los usuarios, incluyendo niños. Según su portavoz "Fotos que contienen un pecho completamente expuesto (definido como el que muestra el pezón) violan esos términos (sobre material obsceno, pornográfico o sexualmente explícito) y pueden retirarse", indicó en un comunicado.
Puedo llegar a entender que existan unas “normas” que uno acepta libremente cuando entra a formar parte de un colectivo, pero el que sea considerada una “norma”, no significa que no pueda ser absurda e incoherente. Y ésta desde luego lo es. Pretender proteger a un niño del pecho de una madre es antinatural, estúpido y, si me apuran, de enfermo mental.
Un pezón puede resultar “obsceno, pornográfico o sexualmente explícito” dentro de un contexto que lo haga parecer así, pongamos una revista pornográfica o una película para adultos. Pero de la misma forma, una lengua también podría parecerlo y no creo que nadie se rasgue las vestiduras cuando se cuelga una foto de alguien enseñándola.
En una sociedad “desnaturalizada” como la actual, donde el culto al pecho femenino pasa por el quirófano y la silicona y no por su verdadera naturaleza funcional, dejar que exista una censura de este tipo, sobre un acto tan natural como dar de mamar a un bebé, me parece del todo reprobable. Es más, ya que tal censura procede de una norma, me refugiaré en otra norma más internacional, la Convención sobre los Derechos del Niño, que es de aplicación desde 1990 por las Naciones Unidas y que dice así en su artículo 24, 2e):
“Asegurar que todos los sectores de la sociedad, y en particular los padres y los niños, conozcan los principios básicos de la salud y la nutrición de los niños, las ventajas de la lactancia materna, la higiene y el saneamiento ambiental y las medidas de prevención de accidentes, tengan acceso a la educación pertinente y reciban apoyo en la aplicación de esos conocimientos”.
La Lactancia Materna no es algo que unas pocas “progres” estén empeñadas en rescatar del olvido. La lactancia materna es, por encima de todas las cosas, un acto natural, propio de todos los mamíferos, que garantiza la nutrición del recién nacido y, por tanto, una supervivencia mayor de la especie. Desgraciadamente, el resto de los mamíferos no tiene una farmacia cerca cuando la lactancia natural no es posible; Eso tendría que hacernos pensar. Lo natural y normal es dar el pecho y lo “artificial” es alimentar con biberón, aunque sea factible, como también lo era utilizar una nodriza cuando la madre no podía amamantar al bebé.
El acto de amamantar, lejos de cualquier romanticismo, es una necesidad vital y como tal debería mostrarse, sin tabúes estúpidos que sólo proporcionan prejuicios y perjuicios.
No me gusta generalizar, pero en este caso, donde la leche materna es gratis, ¿es posible que exista interés en hacer del amamantamiento algo “lejano, extraño, anticuado, obsceno, pornográfico o sexual”? A ver, que una mamá reciente haga la cuenta de cuánto dinero se ha ahorrado dando el pecho, sin contar cuánta salud le ha dado a su hijo, que en el fondo, es lo que a todos nos interesa. SALUD y AMOR.
Si después de reflexionar sobre esto, alguien sigue viendo cosas “impúdicas” en una madre que amamanta, que se lo haga mirar por un especialista, rápido, sin pérdida de tiempo, creo que Ud. está enfermo.
Por lo visto, Facebook suprimió la foto de una usuaria porque aparecía amamantando a su hijo, ya que su política de uso del servicio implica que la página sea segura para todos los usuarios, incluyendo niños. Según su portavoz "Fotos que contienen un pecho completamente expuesto (definido como el que muestra el pezón) violan esos términos (sobre material obsceno, pornográfico o sexualmente explícito) y pueden retirarse", indicó en un comunicado.
Puedo llegar a entender que existan unas “normas” que uno acepta libremente cuando entra a formar parte de un colectivo, pero el que sea considerada una “norma”, no significa que no pueda ser absurda e incoherente. Y ésta desde luego lo es. Pretender proteger a un niño del pecho de una madre es antinatural, estúpido y, si me apuran, de enfermo mental.
Un pezón puede resultar “obsceno, pornográfico o sexualmente explícito” dentro de un contexto que lo haga parecer así, pongamos una revista pornográfica o una película para adultos. Pero de la misma forma, una lengua también podría parecerlo y no creo que nadie se rasgue las vestiduras cuando se cuelga una foto de alguien enseñándola.
En una sociedad “desnaturalizada” como la actual, donde el culto al pecho femenino pasa por el quirófano y la silicona y no por su verdadera naturaleza funcional, dejar que exista una censura de este tipo, sobre un acto tan natural como dar de mamar a un bebé, me parece del todo reprobable. Es más, ya que tal censura procede de una norma, me refugiaré en otra norma más internacional, la Convención sobre los Derechos del Niño, que es de aplicación desde 1990 por las Naciones Unidas y que dice así en su artículo 24, 2e):
“Asegurar que todos los sectores de la sociedad, y en particular los padres y los niños, conozcan los principios básicos de la salud y la nutrición de los niños, las ventajas de la lactancia materna, la higiene y el saneamiento ambiental y las medidas de prevención de accidentes, tengan acceso a la educación pertinente y reciban apoyo en la aplicación de esos conocimientos”.
La Lactancia Materna no es algo que unas pocas “progres” estén empeñadas en rescatar del olvido. La lactancia materna es, por encima de todas las cosas, un acto natural, propio de todos los mamíferos, que garantiza la nutrición del recién nacido y, por tanto, una supervivencia mayor de la especie. Desgraciadamente, el resto de los mamíferos no tiene una farmacia cerca cuando la lactancia natural no es posible; Eso tendría que hacernos pensar. Lo natural y normal es dar el pecho y lo “artificial” es alimentar con biberón, aunque sea factible, como también lo era utilizar una nodriza cuando la madre no podía amamantar al bebé.
El acto de amamantar, lejos de cualquier romanticismo, es una necesidad vital y como tal debería mostrarse, sin tabúes estúpidos que sólo proporcionan prejuicios y perjuicios.
No me gusta generalizar, pero en este caso, donde la leche materna es gratis, ¿es posible que exista interés en hacer del amamantamiento algo “lejano, extraño, anticuado, obsceno, pornográfico o sexual”? A ver, que una mamá reciente haga la cuenta de cuánto dinero se ha ahorrado dando el pecho, sin contar cuánta salud le ha dado a su hijo, que en el fondo, es lo que a todos nos interesa. SALUD y AMOR.
Si después de reflexionar sobre esto, alguien sigue viendo cosas “impúdicas” en una madre que amamanta, que se lo haga mirar por un especialista, rápido, sin pérdida de tiempo, creo que Ud. está enfermo.
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